La pandemia nos ha puesto un desafío laboral de reinventar nuestras empresas, la forma de trabajo que iba migrando paulatinamente al Home Office o Teletrabajo, súbitamente se volvió indispensable para mantener nuestras empresas vivas.
Con este nuevo desafío laboral ha ayudado a las personas que generan contenido en las redes sociales, creadores de software y de aplicaciones, ya que están siendo más buscados por las empresas.
Quienes se dedican principalmente a detectar los grupos de personas que tengan las necesidades específicas para posteriormente crear, editar, publicar y dar seguimiento a la promoción de los productos o servicios ofrecidos. Este tipo de trabajo se puede desarrollar de forma independiente por los infoempresarios o freelancer, pero también puede ser desarrollada por trabajadores contratados por obra determinada de acuerdo con el proyecto de promoción o por tiempo indeterminado.
Por la naturaleza del trabajo, cuando se hacen este tipo de contrataciones que no es indispensable que se desarrollen en la empresa durante un horario específico, pues lo importante son los resultados, se pudiera pactar un trabajo a domicilio.
A partir del artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo podemos encontrar las obligaciones específicas aplicables a este tipo de contratación a domicilio, que de forma general se puede desarrollar en el domicilio del trabajador o donde este elija libremente, además de poder laborar sin vigilancia ni dirección inmediata.
Ante este nuevo desafío laboral, la Cámara de Diputados tiene una propuesta de reforma pendiente sobre la regulación del Teletrabajo, que, a diferencia del trabajo a domicilio, este si puede tener vigilancia a través de herramientas tecnológicas, además de que el patrón podría señalar el lugar a desarrollar el trabajo.
Como podemos ver este tipo de trabajos aunque se encuentran considerados dentro de nuestra legislación existen lagunas que complican algunos aspectos como por ejemplo la seguridad social, hablando específicamente de que debe ser considerado un riesgo de trabajo, pues en al no existir un horario, ni un lugar asignado se puede prestar a situaciones que se consideren como riesgo cuando en realidad el trabajador no estaba en ejercicio del trabajo pero que con motivo del mismo pudieran pretender considerarlo al no estar claras las actividades.
Con esto quiero puntualizar la importancia de contar con las tareas bien definidas, así como la forma de llevarlas a cabo y que en su caso en el Reglamento Interior de Trabajo se contemple esta figura.
Otro aspecto que debemos cuidar es la forma de evaluar el desempeño de los trabajadores, pues el trabajo no se basa en horas sino en metas y objetivos alcanzados, para ello es indispensable tener asignando un plan de trabajo bien definido, en el que se incluyan plazos de entrega y calidad de la entrega. Recordemos que en un trabajo a domicilio no hay una supervisión así que para poder rescindir el contrato sin responsabilidad para el patrón se deben tener elementos de prueba del incumplimiento.
Se recomienda implementar una política enfocada en el Home Office o reforzar su Reglamento Interior de Trabajo para poder resolver este nuevo desafío laboral, crear responsivas del equipo tecnológico que se entrega al trabajador, diseñar los objetivos y con ello las evaluaciones que deben ser realizadas periódicamente, hacer minutas de las juntas de seguimiento y los acuerdos que se derivan de estas.
Si bien es cierto, el Home Office tiene sus ventajas en costos, tiempos, mejora en la calidad de vida del trabajador, entre otros, pero si no se regula de forma correcta puede causar bastantes problemas, he ahí el por que se le llama desafío laboral.
Te invitamos a que si estas considerando estas opciones, te informes en cómo documentar los hechos para sustentar cualquier situación.
